viernes, 25 de julio de 2014

Comienza la cuenta atrás

Si eres un ingenuo estudiante de 4º de la ESO leyendo esto y pensando en pedir la beca, he aquí mi advertencia: ni se te ocurra a menos que estés dispuesto a gastar los folios necesario para destruir cien bosques. Y es que, aunque ya ha bajado un poco el ritmo del papeleo, nunca olvidaré las firmas ante notario, los montones de formularios médicos que he tenido que rellenar, los certificados y las copias...En este último mes he enviado tantas cosas que creo que los de la oficina de Correos de mi barrio ya me conocen. Peeeero eso no es importante.

Un mes. UN MES. Da la impresión de que queda mucho tiempo y al mismo tiempo tengo un pie al otro lado del charco. Ahora que entramos en la recta final cada vez que me despido de alguien no puedo evitar preguntarme si será la última vez que le vea hasta el año que viene. No me refiero a mis amigos cercanos, ni a mi familia obviamente, pero sí a toda esa gente con la que estoy acostumbrada a encontrarme de vez en cuando, que forman parte de mi vida sin que les vea todos los días. ¿Cuántos "Tenemos que quedar antes de que te marches"? se quedarán en nada.

Han pasado muchas cosas desde mi última entrada. Para empezar, ya tengo familia y pueblo y billete y todo. Básicamente todo es genial. Voy a ir a Westville, en Nova Scotia, que esta muy muy cerca de New Glasgow, una de las mayores poblaciones de la provincia. Mi instituto tiene muy buena pinta y ya me he puesto a mirar/escoger asignaturas (lo que, la verdad sea dicha, es mucho más difícil de lo que parece), y lo mejor es que el curso que viene no voy a tener que caminar nada para llegar al instituto porque...*redoble de tambores*...¡Voy a ir en bus! Espero que sea uno de esos amarillos. He hablado con mi coordinadora y me ha puesto en contacto con una chica del instituto para que le pregunte lo que quiera. Mi familia, los Hayman, también parecen geniales, y como mis host-grandparents y mi host-aunt (¿Eso existe?) van a acoger a un coreano, una brasileña y una turca respectivamente, tengo muchas esperanzas puestas en las comidas familiares. Además, los Hayman tienen dos perros y un gato, lo que es una alegría para alguien que, como yo, lleva toda su vida suplicando a sus padres por una mascota.

Algo en lo que pienso últimamente es en como va a cambiarme este año. Todo el mundo dice que un año en el extranjero puede cambiar mucho a una persona, y no puedo evitar preguntarme como seré cuando vuelva. Pero bueno, mi mayor preocupación ahora mismo es como empaquetar mi vida en 23 kg de equipaje, lo demás ya irá llegando.




domingo, 1 de junio de 2014

"We're all in the gutter..."

Nervios. Anticipación. Emoción. Estrés. Miedo. Todo ello forma un torbellino de emociones en el que llevo dando vueltas desde el momento en el que me dijeron que iba a pasar el año que viene perdida por las Américas.

Mi vida ahora mismo es muy extraña y a la vez completamente ordinaria. Es complicado asimilar que, por una parte, el año que viene no estaré en España y, por la otra, aún no he terminado este curso. Lo que quiero decir es que me paso el día pensando tanto en las cosas que voy a vivir como en todas las que me perderé; al mismo tiempo que estamos en época de exámenes y me estreso igual que cualquier otro desesperado alumno de 4º de la ESO. Probablemente no podréis entender a lo que me refiero si no lo vivís.

El nombre que le he puesto al blog, "Some of us are looking at the stars" es parte de una cita de Oscar Wilde que siempre me ha llamado la atención ("We are all in the gutter, but some of us are looking at the stars"). Traducida vendría a ser algo así como "Todos estamos en las cloacas, pero algunos miramos hacia las estrellas". Me parece bonita, a la par que deprimente. Para mí, significa que todos tenemos nuestros problemas, nuestros propios monstruos. Todos estamos de una forma u otra en la cloaca, y, por desgracia, mucha gente se limita a conformarse o  a sumirse en la autocompasión. Por otro lado, el resto, la gente que mira hacia las estrellas, es aquella que tiene esperanzas de conseguir algo mejor, la que se niega a aceptar que lo que les ha tocado vivir es la única opción posible. Bien, dicho esto, para mí conseguir esta beca ha sido como alzar la vista hacia el cielo. Me ha dado esperanzas en el futuro, y me ha hecho replantearme mis metas y conocer a gente increíble. Todo esto sin haber puesto aún un pie fuera de España; y lo mejor es que lo he conseguido yo sola, por mis propios medios.

Antes he dicho que entre las emociones que forman el torbellino en el que vivo están los nervios, el estrés e incluso a veces el miedo. No obstante, no he mencionado las dudas, porque simplemente ya no las tengo. En realidad, no estoy segura de haberlas tenido en ningún momento del proceso de selección.. Sé que esta experiencia va a ser una de las mejores cosas de mi vida, y que me va a aportar cosas que aún no puedo ni imaginar. Espero poder leer esta entrada el verano del año que viene y sonreír sabiendo que todo lo que estoy diciendo ahora se ha hecho realidad.

Ahora mismo estoy a la espera de que me asignen un familia, así que en cuanto lo hagan supongo que subiré otra entrada hablando sobre ellos y sobre la ciudad en la que me haya tocado y esas cosas chachis. (?)

Perdón si he desvariado mucho, pero son las 2 de la madrugada y no se me puede pedir más coherencia ahora mismo. (Realmente no se con quién hablo porque esto no lo lee nadie pero no pasa nada. La ilusión que me va a hacer releer estas cosas más adelante no me la quita nadie).

Lots of lof,
Nuria

jueves, 17 de abril de 2014

Here I Come

Hola a todos y esas cosas que suelen decirse en las primeras entradas. Me gustaría poder explicar en que va a consistir este blog, pero no va a ser posible porque ni yo misma lo sé. Lo que escriba aquí estará, probablemente, a medio camino entre desvaríos nocturnos y protestas sobre el frío que tengo y lo mucho que nieva. Lo más seguro es que los desvaríos terminen por quedar descartados y mis entradas se conviertan en una sucesión simplona de quejas sobre el tiempo; pero oye, hay que intentarlo, que no todos los días se va una a Canadá.

(Ahora es cuando tendría que poner algo como "Habéis oído bien: me voy a Canadá",  pero voy a ahorrármelo y ahorrároslo porque si estáis leyendo esto las probabilidades de que ya lo sepáis son del 99%)

Como supongo que también sabréis, la beca que me han concedido para estudiar y vivir en Canadá durante 10 meses es una de las "Becas Estudia En Canadá" (llamadas así en un maravilloso alarde de originalidad por parte del genio que les haya puesto nombre) de la Fundación Amancio Ortega (Sin comentarios).

Todo empezó a finales de Enero más o menos, alrededor de dos semanas antes de que se cerrara el plazo de inscripción. Al igual que le sucedió a gran parte de la gente que se presentó, mi profesora de inglés llegó un día a clase con un par de hojas informativas bajo el brazo referentes a la beca. Lo cierto es que yo siempre había querido estudiar en el extranjero, pero nunca me había parecido una posibilidad realista. Aquel mismo día se lo comenté a mis padres, que me dijeron que mandase la inscripción si quería, pero que estuviese preparada para una decepción por si acaso.
Al final, y menos mal, la mandé en el último momento (como todo lo que hago, para ser sincera). Esta decisión vino acompañada de dos semanas de espera angustiosa hasta que llegó el viernes en el que se publicaba la lista del primer corte. Al contrario que el resto de España, y gracias a que en Asturias somos muy guays, aquel día aquí había alguna fiesta y pude quedarme en casa sufriendo hasta las 12:00. (que en realidad fue un poco más tarde porque los de la Fundación son unos sádicos que no se dignaron a subirla hasta 11 minutos después, que puede parecer poco tiempo pero es bastante cuando se está al borde del infarto)

El caso es que por un motivo u otro mi nombre estaba en la lista y no sé quién se quedó más sorprendido, si mis padres o yo. 

En el periodo de desesperación que hubo entre esa lista y la segunda fase (examen escrito), conocí a Flo, que fue mi apoyo moral y la primera persona con la que hice una cuenta atrás de verdad (Gracias Flo).

Respecto al examen, no toqué un libro. Siendo un examen para medir tu nivel de inglés, me pareció que una semana repasando gramática iba a ser más bien inútil. Si estás leyendo esto el año que viene porque has pasado el primer corte, que sepas que no vale la pena perder tiempo estudiando. El examen consta de tres partes: Listening (a mi parecer ridículamente fácil siempre que no pierdas la concentración), Reading (bastante sencillo a excepción de un par de preguntas concretas) y Writing (un apartado con frases comenzadas que debíamos completar con lo primero que nos viniese a la mente y otro con una lista de palabras de las cuales teníamos que elegir seis e incluirlas en un párrafo redactado por nosotros de tema libre).

Salí del NH de Oviedo dando Canadá por perdida, no porque me hubiese salido catastróficamente mal, sino porque no estaba demasiado convencida de que de los 600 preseleccionados no hubiera 300 que lo hubiesen hecho mejor que yo. 

De nuevo a mitad de camino entre el examen y la salida de la lista correspondiente, entré en un grupo de Whatsapp de gente que había optado a la beca: mis pequeñas piñas (también conocidos como Canadiards). Cuando me metieron a mí eramos sólo cuatro, y fue entrando gente poco a poco hasta que llegamos a ser diez. Como les he prometido una mención especial, gracias a Nirvi, Seli, Flo, Ali, Pilar, Jorge, Andrés, Pablo y Eli por aguantarme, por las cuentas atrás, por las velitas, por las sesiones apresuradas de skype y hangouts para practicar las exposiciones orales, por presentarme a la maravillosa luna pervertida del whatsapp (más útil que la bailaora de flamenco)...Y por la piña, sobre todo por la piña.

Me estoy yendo por las ramas. El caso es que pasé el examen escrito y comencé a preparar la exposición oral. No sabia muy bien de que hablar, y al final escogí algo parecido a "Para que utilizo y el inglés en mi vida diaria". Dicho así suena un poco extraño, y es que en realidad nunca llegó a tener ningún título oficial. 
Me llamaron un poco tarde, pero ya fuera por las treinta tilas que me había tomado o por obra divina, todo fue better than expected; en el momento en el que comenzó a sonar la musquita de la llamada de Skype me quedé tranquilísima. Sin embargo, aunque terminé muy contenta, en los días siguientes ese "muy contenta" pasó lentamente a ser un "en estado maníaco-depresivo".

Llegué al día de publicación de las listas definitivas convencida de que todo esto se iba a quedar en una historia que contar a mis hijos sobre como me quedé a las puertas de la oportunidad de mi vida. Pero bueno, si eso hubiese pasado, no estaríais teniendo que leer esto, ¿no?


Después de pasar, he conocido a otros Spanadians 2.0, Amancioners, Canada Birches o como quiera que nos llamemos, y, aunque he prometido dedicarles una entrada más adelante, tengo que decir que son todos geniales.

Creo que eso es todo por hoy, si alguien ha aguantado hasta aquí: ¡Felicidades! Como alma caritativa que soy, subiré próximamente una entrada explicando más detalladamente el proceso de selección para los pobres desesperados que se presenten el año que viene, si no lo hacen antes los Canada Birches. Por ahora, procuraré no ahogarme entre el papeleo. Au revoir!